miércoles, 25 de mayo de 2016

Soltando amarras

Hasta hace unos años, autopublicarse era una palabra maldita en el mundo literario. Era sinónimo de autor tan malo, que no había editorial que quisiera publicarlo y terminaba haciéndolo por su cuenta y de su bolsillo. ¿Quién no ha visto en algún mercadillo o plaza de pueblo, a un fulano con pinta de no estar pasando su mejor momento, vendiendo sus propios libros en una mesa de camping?

etiquetas: autopublicación, edición, literatura

noticia original (www.zendalibros.com)