Seguramente te ha sucedido: Estás leyendo un libro y te tiene completamente atrapado, suspendido en ese bendito estado de trance al que se llega a veces con la lectura. Has llegado a un punto de la narración en que el protagonista observa, desde la cubierta de un barco, cómo se alejan las figuras cada vez más pequeñas de su mujer y su hijo. El hombre hace esfu...
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