Espero que demostréis que me equivoco y que podéis amar a vuestro hijo sin reservas, como yo lo hago, tanto como para aceptar los límites de vuestra fe. Pero el hecho es que ahora habéis dado prioridad a las palabras de un libro antiquísimo y al veneno que escupen los predicadores por encima del amor por vuestro propio hijo.
etiquetas: lgtb, carta, boda
noticia original (www.huffingtonpost.es)