León, 24 mar (EFE).- Fue hombre de mil oficios, aunque pellejero reconocido, amante de la buena vida, de los burdeles y el tute, así como del orujo, un huérfano que murió atropellado por el primer camión de la basura de León, objeto del mito y de la literatura burlesca que esta madrugada ha vuelto a congregar a decenas de miles de fieles devotos.