La ocurrencia de Moisés de juntar en un mismo saco cosas tan apetecibles como el sexo con otras tan aborrecibles como el asesinato, u otorgar una similar gravedad a la mentira y a la no asistencia a los oficios religiosos resultan, pues, muy chocantes. No es por lo tanto nada raro que en no pocas culturas existan valoraciones diferentes sobre el asunto y que concretamente el sexo tenga una consideración mucho más positiva en ellas que en los códigos morales de las tres las religiones del Libro.
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