Madrid, 28 oct (EFE).- Fueron muchos los hombres que calentaron su cama, todos menos quien más estaba obligado a ello, su esposo el rey consorte, Francisco de Asís, "Paquito", como Isabel II gustaba de llamarle, y fue tan "pecadora" "Isabelona la frescachona" -así se refería a ella el pueblo llano- que le costó el trono.