Guadalajara (México), 30 nov (EFE).- Enrique Vila-Matas no supo que tenía sentido del humor hasta que un amigo de la infancia se lo recordó por la calle. Lo cuenta con esa seriedad que caracteriza al escritor, rebelde y solitario, ante un grupo de jóvenes mexicanos que hoy rieron al unísono y a carcajadas.