A mediados del siglo pasado la policía irrumpía a veces en los cines españoles sin avisar, y encendían unas potentes linternas con las que sorprender in fraganti a las parejas que se acariciaban y se entregaban, amparadas por la oscuridad, a los placeres más variopintos. Siempre se sentaban en las últimas filas, cerca de la pared y nunca en el pasillo.
etiquetas: historia, amor, cleopatra, cine, literatura
noticia original (www.yorokobu.es)