domingo, 28 de febrero de 2016

Saltos de fe

Recuerdo haber dado tantos saltos de fe. No había mayor complejidad, sólo tenía que pararme en la orilla de un risco, cerrar los ojos y simplemente saltar; la primera vez pensé que caería en un campo de algodón, lo siguiente que recuerdo fue haber caído de boca. Si ese hubiera sido un salto real, el desfiguro hubiera sido lo de menos, como soy experta saltadora de alturas, seguramente estaría cuadraplejica, o lo que es peor, cuerda.

etiquetas: literatura

noticia original (anarmorenoh.wordpress.com)