Madrid, 13 abr (EFE).- Stalin desaprovechó "la mejor" red de espionaje que ha existido nunca por su "paranoia", mientras que el matemático Bill Tutte salvó muchas vidas con su máquina de descifrar. Esas son dos de las historias que Max Hastings narra en "La Guerra Secreta", una visión nada romántica sobre los espías.