Barcelona, 29 may (EFE).- El dibujante Hergé, el padre de Tintín, era un apasionado del arte moderno e inició una carrera como pintor durante un año y medio en la que plasmó una treintena de cuadros, una senda que abandonó quizá prematuramente al ser muy crítico con su trabajo y no querer convertirse en un "pintor de domingos".