Para los investigadores que no tenemos la fortuna de poder contar con un sueldo fijo a fin de mes y nos ganamos la vida como emprendedores y escritores científicos free lance, nuestro único capital es el know-how, arduamente obtenido con interminables horas de investigación autofinanciada y estudio. Un capital a menudo poco reconocido en un mundo donde, según textuales palabras de Umberto Eco âLos social media han dado a legiones de imbéciles el mismo derecho a opinar de un Premio Nobelâ.
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