El 95% de las visualizaciones de YouTube son videoclips musicales, donde sus protagonistas alardean de no haber leído un libro en su vida y demuestran que no hace falta estudiar para triunfar. Un adolescente consume unas 9 horas de pantalla al día. En ella ve cómo su cantante de moda presume de riqueza, defiende las drogas o amordaza a su ex novia en el maletero de un coche de lujo. ¿A quién interesa que esto continúe? ¿Quiénes deciden qué rostros y contenidos se pondrán de moda entre los menores con una oferta diseñada hasta el último detalle?
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